El CRV de Ibeas acoge ‘La Dieta que nos hizo humanos’, una muestra que explica la evolución de la alimentación desde nuestros ancestros
El Bosque Interior’ es la otra propuesta del MEH para el CRV de Atapuerca. Se trata de una exposición en la que el visitante se convierte en protagonista e interactúa con el bosque MEH
La alimentación es una de las claves para entender el presente y futuro de la especie humana y dar respuestas a las preguntas que surgen sobre la evolución. La exposición ‘La Dieta que nos hizo humanos’, que ya pudo verse en el Museo de la Evolución Humana (MEH) en 2010, se vuelve a mostrar al público desde esta mañana en el Centro de Recepción de Visitantes (CRV) de Ibeas de Juarros hasta finales de año. Comisariada por Ana Mateos y Jesús Rodríguez, del CENIEH, con la colaboración de la Cátedra Tomás Pascual-Sanz-CENIEH, se basa en el proceso evolutivo y de adaptación de la nutrición de la especie humana y está dividida en varios ámbitos. En la entrada se encuentra el ‘comedor-restaurante’, que fomenta la curiosidad del visitante introduciendo un juego de preguntas/respuestas sobre hábitos/alimentos. Más adelante, en la ‘cocina del conocimiento’se responde a la pregunta de cómo sabemos lo que comían nuestros antepasados y cómo ha ido cambiando la dieta. Además, se explica la relación de la alimentación con la genética, las causas de las intolerancias alimentarias o el motivo por el que nos gustan las comidas grasas. También se hace un guiño al mundo de los sabores o a la importancia del fuego y de las herramientas en la alimentación. Por último, el visitante accede a ‘La Dieta que nos Hizo Humanos’, el verdadero guion de la exposición, donde se desgranan las dietas de nuestros ancestros más lejanos y de diversas especies como los Neandertales, que fueron los que comenzaron a incluir variedad de alimentos en su dieta, o el Homo sapiens, que incluye multitud de alimentos animales, vegetales y marinos. Fue esta especie quien verdaderamente amplió la dieta al consumir habitualmente todo tipo de recursos tanto acuáticos (peces, moluscos, crustáceos), como terrestres (aves, vegetales y demás). La ‘cocina’ de esta exposición se basa en minuciosos estudios de laboratorio que permiten responder a cuestiones como si ha existido algún homínido estrictamente vegetariano, desde cuándo consumimos peces y moluscos o desde cuándo utilizamos fuego para consumir los alimentos, así como la evolución del modo de conservación. También se explican los motivos relacionados con el canibalismo a través de hallazgos encontrados en los Yacimientos de la Sierra de Atapuerca. La exposición se podrá ver de forma gratuita en el CRV de Ibeas de Juarros de martes a domingo de 9.30 a 13.30 y de 15.30 a 19.30 horas. El Bosque Interior Por su parte, en el CRV de Atapuerca puede verse la exposición ‘El Bosque Interior’ -realizada por PhotoAlquimia- hasta el próximo 13 de octubre. Esta muestra se presenta como una gran aventura en la que cada visitante puede convertirse en un explorador y resolver un enigma gracias a las claves que el propio bosque le revelará. En todo el recorrido se tiene la sensación de estar en el interior de un gran bosque y somos invitados a tocar, oír, oler y mirar el bosque. El visitante olerá el perfume del bosque, escuchará sus susurros, percibirá su textura y observará imágenes en 3D. En el caso de los colectivos limitados funcionalmente la experiencia resulta, además, un ejemplo de integración. Además, podrá comprobar la fisonomía del bosque a través de las cuatro estaciones: su rebosante vida en primavera, su esplendor veraniego, su decadencia otoñal y su letargo invernal. Aire, agua, fuego y tierra, los cuatro elementos y sus transformaciones también están presentes en el recorrido expositivo. El visitante parte de un ambiente urbano en el que se le informa de la existencia de una enfermedad, conocida como ‘Muermax’, que amenaza en sumir en un letargo definitivo a toda la humanidad. Nuestro aislamiento de la naturaleza nos ha alejado de nuestra verdadera esencia y, con este planteamiento, el visitante es invitado a transformarse en explorador que debe buscar, en el interior del bosque, la solución a ese enigma vital para la humanidad. El Bosque Interior no es sólo una exposición, sino un viaje a través de los misterios del bosque y también al interior de uno mismo. Plantea interrogantes al ser humano como por qué hemos abandonado el medio al que pertenecemos y nos ayuda así a reconciliarnos con él. La muestra subraya, a través de paneles, la diversidad del bosque y su continua transformación. Está formada por diez grupos modulares, que se reparten por temas, cuyas formas y tamaños varían conformando diversas formas geométricas. En la exposición se tratan conceptos como la diversidad, la adaptación, la transformación o las redes de vida. Así, el explorador aprenderá que en el bosque todo encaja y funciona, ofreciendo una visión clara de lo que significa desarrollo sostenible. Podrá verse de forma gratuita de martes a domingo de 9.15 a 13.30 y de 15.30 a 19.15 horas.