El Sistema Atapuerca acoge ‘Animalia. Fauna en Hierro’, una exposición que reúne catorce piezas escultóricas de Cristino Díez
Cinco de estas piezas se pueden ver en el Museo de la Evolución Humana y el resto en el Cayac de Ibeas de Juarros. Son animales que cobran vida en hierro y que se integran perfectamente en ambos centros
MEH
Cinco de estas piezas se pueden ver en el Museo de la Evolución Humana y el resto en el Cayac de Ibeas de Juarros. Son animales que cobran vida en hierro y que se integran perfectamente en ambos centros
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El Museo de la Evolución Humana y el Centro de Acceso a los Yacimientos de Atapuerca (CAYAC) de Ibeas de Juarros, centros dependientes del Sistema Atapuerca, muestran 14 piezas escultóricas en hierro del conocido artista burgalés Cristino Díez. Cinco de estas piezas se pueden ver en la exposición permanente del MEH y nueve en el Cayac. La exposición ‘Animalia. Fauna en Hierro’ ha sido presentada esta mañana por Alejandro Sarmiento, director gerente del MEH y del Sistema Atapuerca, Antonio Miguel Méndez Pozo, presidente de Fundación Atapuerca, Eudald Carbonell, vicepresidente de Fundación Atapuerca y el propio Cristino Díez, autor de la exposición, que se podrá visitar en horario de apertura de los dos centros.
Cristino Díez vuelve a sorprender por su enorme capacidad imaginativa y por su genio incomparable para mostrar un absoluto dominio de la materia. Sus animales cobran vida en hierro; el escultor modela la materia de forma magistral; las formas cúbicas y el óxido son algunas de sus señas de identidad de su obra. Los animales de Cristino se integran perfectamente en ambos centros.
En el Museo de la Evolución Humana se han expuesto en la exposición permanente (plantas 0, 1 y 2) las siguientes piezas ‘Rinoceronte’, ‘Cabra’, ‘Gallinácea’, ‘Lobo’ y ‘Caballo’, mientras que en el Cayac se pueden ver ‘Araña marina’, ‘Éxodo’, ‘Caballo de mar’, ‘Grulla’, 3 anomalías estructurales, la serie única ‘3 peces estructurales’ y una pieza que representa una pelea de gallos.
Las cinco piezas que se exponen en el Museo van a formar parte del recorrido de microexplicaciones didácticas ofrecidas por los educadores a los visitantes, que explicarán la importancia de la relación de nuestros antepasados con los animales dentro de nuestro proceso evolutivo. Son las siguientes:
Caballo (Equus ferus caballus)
La domesticación del caballo ha sido uno de los grandes hitos de la humanidad. Hace 5.500 años, en las estepas occidentales de Eurasia, los humanos fuimos capaces de acostumbrarlos a vivir junto a nosotros. Sin su ayuda, fuerza y nobleza, la vida del Homo sapiens hubiera sido mucho más complicada. Esta pieza se sitúa en la entrada del Museo, en la planta 0.
Cabra (Capra aegagrus hircus)
El origen de la cabra doméstica es incierto, pero las últimas evidencias arqueológicas sitúan su domesticación en torno a los 10.000 años de antigüedad. Las primeras poblaciones neolíticas del sudoeste asiático consideraron a este mamífero un factor clave para su supervivencia por ser un animal multiproductivo, capaz de proporcionar: leche, carne, piel, pelo, estiércol y trabajo. Esta pieza se sitúa en el ámbito del Neolítico, en la planta 1 del Museo y refleja el proceso de domesticación de los animales y su importancia en el Neolítico.
Gallináceo (Gallus gallus domesticus)
Al igual que con otros animales domesticados, el origen de gallos y gallinas lo encontramos en Asia. Hace 9.500 años en China se encuentran las primeras evidencias de la domesticación de estas aves. A partir de ese momento y en diferentes fases comenzó la dispersión hacia otros continentes. Actualmente es el ave más numerosa del planeta con más de 16.000 millones de ejemplares. Gallinaceo se puede ver en la planta 1 del Museo y refleja el periodo de domesticación animal tan importante en la evolución humana.
Lobo (Canis lupus)
Hace entre 40.000 y 20.000 años, en Eurasia, antes del comienzo de la agricultura y la ganadería, el lobo fue acercándose a grupos de Homo sapiens en busca de comida. Tras varias visitas, los humanos fuimos capaces de domesticarlo y transformarlo en nuestro más fiel compañero, el perro. La relación que se estableció entre ambos originó grandes beneficios para la sociedad. Desde aquel momento es uno más de nuestra familia. Se puede ver en la planta 1 del MEH, en el espacio dedicado a los cazadores-recolectores, simbolizando la domesticación de este animal, que dio lugar al perro y que tanto ayudó en su actividad cinegética.
Rinoceronte (Ceratotherium simum)
Es una de las especies más famosas del mundo. Icono de la fauna africana, también está presente por el continente asiático. A pesar de su fama y su tamaño, los cazadores furtivos lo siguen persiguiendo para vender sus cuernos. De las cinco especies actuales, cuatro están en peligro de extinción. Esta pieza se sitúa en la planta 2 del MEH, en el espacio dedicado a la Biodiversidad.