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El MEH lleva a Aranda de Duero ‘Uantoks’, la exposición que muestra el trabajo fotográfico de Pedro Saura en las tierras de Papúa-Nueva Guinea

La exposición da testimonio de los viajes de Pedro Saura a esta zona del planeta a través de fotografías y objetos y permanecerá en la Casa de Cultura hasta el 25 de septiembre.

MEH

La exposición ‘Uantoks. Las expediciones de Pedro Saura a las tierras altas de Papúa-Nueva Guinea’, se ha inaugurado hoy en la Sala de Exposiciones de la Casa de Cultura de Aranda de Duero, donde permanecerá expuesta hasta el 25 de septiembre. La exposición, cedida por el Museo de la Evolución Humana (MEH), muestra a través de fotografías de Pedro Saura uno de los países del mundo con mayor diversidad étnica y lingüística.

 

A la inauguración han asistido Alejandro Sarmiento, director gerente del Museo de la Evolución Humana y del Sistema Atapuerca,  Pedro Saura, comisario de la exposición, y Celia Bombín Ovejas, concejal de Cultura y Educación del Ayuntamiento de Aranda de Duero. El MEH vuelve a ceder una de sus exposiciones para salir al encuentro de visitantes y de nuevos públicos, en este caso en Aranda de Duero, y convertir así a las exposiciones temporales en elementos promocionales del propio Museo. La muestra se podrá ver de lunes a viernes de 9:00 a 14:00 h. y de martes a jueves de 18 a 20 h. 


La exposición pretende acercar al visitante a una zona del planeta muy desconocida hasta hace poco tiempo, con selvas impenetrables y flanqueados por montañas cubiertas por nieves perpetuas y volcanes activos, perviven tribus que mantienen formas de vida inalteradas desde hace miles de años. A través de fotografías y una colección de objetos etnográficos se dan a conocer exóticos paisajes y poblados remotos, así como el espectáculo de las sofisticadas ceremonias que articulan la enorme variedad de grupos humanos que pueblan esas tierras.

 

Pedro Saura, catedrático de Fotografía en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid, viajó a Papúa-Nueva Guinea en 1983 y decidió documentar, antes de su desaparición, tierras y pueblos que son un testimonio vivo de lo que pudo ser la prehistoria en cualquier rincón del mundo. Así, tanto en ese viaje como en los que realizaría en 1985, 1988, 1991 y 1994, filmó y fotografió paisajes, escenas de la vida cotidiana. Los habitantes de las Tierras Altas utilizan todo aquello que les ofrece su entorno natural. A pesar de ser pueblos guerreros, los problemas entre las tribus se acaban dirimiendo más en las celebraciones que en la guerra, por tanto lograr el atuendo más vistoso y la decoración corporal más colorida y original constituye unas de las metas más importantes en la vida de los miembros de las tribus.