Publicado el 15 de enero de 2024 por Marta Santamaría
Un pequeño instante del Paleolítico superior de la Sierra de Atapuerca
Hace 24 años que se ampliaron los trabajos en la Sierra de Atapuerca comenzando un estudio que pretendía conocer los asentamientos al aire libre que complementan la vida cotidiana de sus paleopobladores. Desde entonces se han documentado decenas de lugares de los que hemos excavado varios donde los neandertales realizaron tareas de mantenimiento y subsistencia. Estos lugares visitados por cazadores y recolectores del Pleistoceno superior son un gran hallazgo que nos ha aportado valiosa información, pero ni soñábamos con encontrar un instante congelado en el tiempo y además de una cronología apenas conocida en Atapureca.
En el invierno de 2022, Eudald Carbonell, codirector de las excavaciones de la Sierra de Atapuerca, descubre durante un paseo por las inmediaciones de la sierra un perfil de un camino del que sobresalían lo que parecían ser lascas de sílex que tenían una conservación excepcional. Eudald compartió el hallazgo con nosotros en el Laboratorio de Prehistoria de la Universidad de Burgos y viendo que las piezas resultaban algo peculiares y diferentes a las que solemos encontrar en los yacimientos al aire libre como Hundidero, Hotel California y Fuente Mudarra, se decide intervenir en este sitio bajo la dirección de Marta Navazo y la participación del equipo del Área de Prehistoria de la UBU.
En la campaña de excavaciones de Atapuerca del verano de 2022 abrimos una pequeña cata de 9m2 en el yacimiento que llamamos Valdeprovedo, y durante los 20 días que duró nuestra excavación recuperamos un total de 187 piezas de sílex, la mayoría de ellas eran pequeños fragmentos estrechos y muy delgados, que parecía que podían pertenecer a piezas más grandes. Con esta sospecha comenzamos el trabajo de laboratorio del yacimiento que iba a ser el protagonista del último artículo de mi Tesis doctoral.
El reto que se nos presentaba era reconstruir un gran puzle del que no sabíamos bien si teníamos todas las piezas, pero poco a poco, y echándole muchas horas y paciencia, fuimos obteniendo resultados. La ruta a seguir era simple. Primero trataríamos de reconstruir las fracturas de las lascas, que podían haberse ocasionado bien como accidentes de talla o como resultado de procesos postdeposicionales como el pisoteo o la compactación de los sedimentos. Así conseguimos realizar 8 conexiones entre piezas y pasar de 85 a 89 lascas completas. Una vez completado este proceso, tratamos de formar los remontajes que se corresponden con conexiones que derivan de un proceso de talla (por ejemplo, un núcleo con la lasca que se extrae de él). Este tipo de remontajes son especialmente interesantes porque son únicamente fruto de una acción humana y nos permite conocer información sobre las técnicas de talla que estos han empleado, realizar inferencias espaciales y definir aspectos de la temporalidad de las ocupaciones. Finalmente conseguimos hacer 25 conexiones de este tipo. Logrando una tasa de remontaje final bastante alta, del 22.4% del total de las piezas.
Tipométricamente, el conjunto lítico de Valdeprovedo destaca por tener piezas alargadas, especialmente aquellas que podemos categorizar como láminas al ser lascas al menos el doble de largas que de anchas. Este tipo de elementos, aun no siendo exclusivos del Paleolítico superior, sí que son típicos de este periodo. Las dataciones del sitio, obtenidas por luminiscencia ópticamente estimulada (OSL) confirmaron esta cronología, dando unas fechas entorno a los 28.000 años antes del presente.
Pese a tener un conjunto muy pequeño y con poca variabilidad de categorías líticas, hemos conseguido exprimir mucho los datos que nos ha dado. Por ejemplo, sabemos que todas las piezas son de sílex neógeno recogido en las inmediaciones de la Sierra de Atapuerca, a una escasa distancia de donde lo encontramos. Este nódulo de sílex, no había sido a penas trabajado antes de llegar al yacimiento y sabemos que medía al menos 16.9x7cm, gracias al remontaje que hemos hecho de su secuencia de descortezado.
A través de este remontaje podemos observar el paso a paso de la secuencia de talla que se llevó a cabo de manera unipolar longitudinal. En un primer momento se producen una serie de lascas para limpiar de córtex el lateral del nódulo, para posteriormente reorientar la talla hacia la parte más estrecha y producir una serie de láminas sin necesidad de mucha preparación. Las 12 láminas que se generan se caracterizan por tener un eje longitudinal rectilíneo, perfil curvo, sección trapezoidal de bajo espesor y bordes paralelos. La forma de obtener estas láminas no se parece demasiado a los típicos núcleos de Paleolítico superior (prismáticos o piramidales), pero las láminas resultantes son iguales a las que se obtienen de esa manera.
Todas las piezas recuperadas en este yacimiento se encontraban concentradas en una pequeña área de la cata, y las conexiones que hemos podido establecer eran de corta distancia, siendo la máxima de 41cm y la media de 2cm. Esto parece indicarnos que desde el momento en el que estas piezas se abandonan hace 28.000 años, no se han movido mucho de su posición original y nos han llegado prácticamente in situ y tan bien conservadas gracias a una rápida sedimentación.
Toda la producción realizada en Valdeprovedo proviene de un único bloque de materia prima y probablemente haya sido realizada por un único tallador en lo que fue un evento de muy corta duración. Quizá fue un alto en el camino para la preparación del kit de herramientas para satisfacer necesidades inmediatas. Después, el autor de esta acción se llevó consigo las herramientas que consideró más idóneas y el núcleo del que las obtuvo, dejando únicamente los deshechos que nos han permitido reconstruir este evento que tuvo lugar en un tiempo muy concreto y puntual, en cuestión de minutos. La conservación y recuperación de una acción tan concreta en un yacimiento al aire libre resulta verdaderamente increíble. Este hallazgo nos deja el vestigio del tránsito y la movilidad de los grupos humanos en su ocupación de este territorio.
Las características de la tecnología y las dataciones de 28±1,3ka. ubican culturalmente Valdeprovedo en el Paleolítico superior temprano, entre el Auriñaciense Evolucionado y primer Gravetiense. Dentro del extenso registro arqueológico de la Sierra de Atapuerca, este alto de talla nos permite documentar un periodo del que hasta ahora no teníamos evidencias arqueológicas, con los primeros Homo sapiens como protagonistas.
En la península ibérica, los yacimientos de estas cronologías se encuentran localizados en las zonas próximas a la costa, dejando un gran vacío en el interior que hasta ahora se había interpretado como consecuencia de un ambiente más hostil en estas zonas, pero investigaciones más recientes están comenzando a cambiar este paradigma. Ejemplos como Cardina Salto do Boi, Olga Grande 4, Cardina 1 y Foz do Medal (Portugal), y lugares al sur del sistema central, como Peña Capón o Abrigo de la Malia (Guadalajara) son ejemplos de estos nuevos hallazgos en el interior peninsular, a los que ahora se suma Valdeprovedo, en la Sierra de Atapuerca (Burgos) como primera evidencia de estas cronologías en la meseta norte.